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Jun 21, 2023

El lenguaje arquitectónico de los andamios en paisajes urbanos: explorando el impacto de estas estructuras temporales

Al realizar un recorrido visual por la ciudad, se pueden detectar estructuras que rompen el ritmo de los productos arquitectónicos terminados. Se trata de construcciones revestidas de rejillas de perfiles metálicos o de madera,

Al realizar un recorrido visual por la ciudad, se pueden detectar estructuras que rompen el ritmo de los productos arquitectónicos terminados. Se trata de edificios encerrados en rejillas de secciones metálicas o de madera, a veces envueltas en redes de colores, que comunican un momento de construcción, reparación, renovación o demolición. Se denominan sistemas de andamios, estructuras temporales construidas en la ciudad para ayudar en la construcción o mantenimiento de edificios. Sin embargo, han evolucionado para hablar su propio lenguaje arquitectónico. Como la construcción de ciudades es un proceso continuo, los andamios sirven como faros, proponiendo siluetas de la altura, la forma o las formas de los nuevos edificios. Suben a las aceras, actuando como sombra u obstrucción al flujo del tráfico humano y vehicular. En contraste con la permanencia de la arquitectura, exhiben un sentido de temporalidad que ayuda a comunicar el tiempo, el crecimiento de los barrios y la evolución de una ciudad.

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Los andamios son un aspecto esencial de la construcción en las ciudades. A pesar de las numerosas leyes y directrices que afectan su uso en diversos contextos, su naturaleza simple, económica y temporal los convierte en una parte inseparable de la creación de edificios. A través de su uso frecuente en arquitectura, los andamios han desarrollado un lenguaje de modularidad, materialidad, expresión estructural e interacción con la infraestructura pública que los distingue dentro del paisaje urbano. Además de su apariencia visual y sus propósitos principales de construcción, también pueden proporcionar funciones urbanas como refugio, ayuda para encontrar caminos e inspiración para estructuras auxiliares. En el artículo "Removing the Scaffold of Architecture", Christopher Alker destaca cómo, en una ciudad densa como Nueva York, la gran cantidad de andamios puede ayudar a las personas a moverse a pesar de las condiciones climáticas y servir como refugios temporales en las calles.

Históricamente, los andamios se remontan al período Paleolítico en el suroeste de Francia, donde se utilizaban como estructura de soporte para pinturas rupestres. También se exploró como estructura de fachada permanente en la Gran Mezquita de Djenné en Mali durante el siglo XIII. Con el tiempo, se han utilizado diversos materiales para los andamios y varían según los diferentes contextos, lo que ha llevado al desarrollo de lenguajes estéticos únicos.

Un collage de madera y palos de bambú es más popular en África occidental debido a su localidad y asequibilidad. En Europa se prefieren los perfiles huecos circulares metálicos por su modularidad y estabilidad estructural. Mientras tanto, el laberinto de andamios de bambú se ha convertido en una forma de arte cultural en China. Es un método antiguo de tejer palos de bambú, que ha continuado con las prácticas de construcción modernas elevándose a alturas adecuadas para edificios de gran altura. Junto con las redes para andamios, el fotógrafo Steinhauer los describe como "paquetes gigantes, coloreados y envueltos en medio de un entorno monocromático", que compiló un catálogo visual de andamios en Hong Kong titulado "Capullos".

A medida que las personas interactúan constantemente con los andamios en las ciudades, también comunican varias historias sobre el crecimiento de esas ciudades. En los últimos años, Londres ha visto más andamios alrededor de sus monumentos históricos y edificios culturales. Esto habla de los extensos esfuerzos de renovación de la ciudad para salvar los edificios culturales de la demolición y preservar el carácter de la ciudad.

Sin embargo, los andamios también pueden indicar el abandono de un edificio que necesita reparación. A veces, los andamios se colocan inicialmente como soporte temporal para el mantenimiento, pero pueden crecer hasta convertirse en una solución permanente y una parte fija de la arquitectura de una ciudad. En estos casos, los andamios pueden ser un gran inconveniente para la transitabilidad y oscurecer la estética visual del tejido de la ciudad. Por ejemplo, los cobertizos en las aceras son un elemento arquitectónico popular en Nueva York, nacido de la necesidad de que los sistemas de andamios se expandieran hacia la calle debido a su tamaño. Dado que las leyes locales de la ciudad de Nueva York exigen el mantenimiento de las fachadas de los rascacielos cada cinco años, los cobertizos en las aceras se han convertido en estructuras de andamios permanentes en toda la ciudad. Oscurecen la percepción de los edificios desde el nivel de la calle, creando un nuevo lenguaje visual.

Los andamios exhiben muchos rasgos arquitectónicos y los diseñadores han explorado cómo funcionan como elementos de construcción por derecho propio. Expresan modularidad, escalabilidad y expresión estructural que pueden traducirse en diferentes tipologías, como pabellones, exposiciones, espacios interiores y ampliaciones de edificios, utilizando diferentes materiales.

Un ejemplo destacado es la monumental escalera urbana MVRDV en Rotterdam. Se trataba de una estructura de andamio temporal, compuesta por 180 escalones, de 29 metros de alto y 57 metros de largo, que conmemoraba el 75º aniversario de la reconstrucción de la ciudad tras un desastre. Como muchos otros proyectos, reconoce la naturaleza única del andamio y el papel que desempeña en el “proceso continuo” que es la ciudad. Su estética, elementos, materiales, patrones, inconvenientes y contribuciones a la ciudad son todos parte de su carácter y valor únicos.